Espárragos trigueros envueltos en bacon en freidora de aire
Una vez pruebas esta forma de preparar los espárragos trigueros lo más probable es que repitas con frecuencia, porque se preparan en un momento y el resultado es el de unos espárragos en su punto perfecto de cocinado que unido al crujiente del bacon son toda una delicia.

Me encantan este tipo de tostadas que no tardamos nada en prepararlas y son realmente sabrosas. Podemos utilizar el pan que más nos guste, en mi caso, he empleado un pan integral de centeno con semillas.
Para ver el modo de cocinar el huevo escalfado podemos pulsar aquí.
Si lo que quieres es tener todo el sabor y el punto crujiente por fuera y jugoso por dentro de un buen torrezno, pero elaborados de una forma mucho más saludable, esta es tu receta.
Este tartar de fuet es una idea estupenda para una comida de picoteo, como entrante ó también como acompañamiento a multitud de platos. Además de ser muy sabroso, se prepara en un momento y lo puedes dejar elaborado con antelación.
Una tortilla de patatas muy sabrosa que si os gusta la morcilla de arroz difícilmente os va a dejar indiferentes.
Si os apetece probarla, vamos a ello.
Estas vieiras pueden ser un entrante de lo más sabroso y apetecible para cualquier ocasión especial.
Ingredientes
Burrata
Unas hojas de canónigos ó de brotes tiernos
Huevo cocido
Dados o lascas de jamón serrano
Aceite de oliva virgen
Elaboración
Cocemos el huevo poniéndolo entre 8 y 10 minutos en un cazo con agua hirviendo. Pasado el tiempo, retiramos el cazo del fuego.
Cubrimos la base del plato con el salmorejo.
Colocamos la burrata.
Decoramos con unas hojas de canónigos.
Ponemos unos daditos o lascas de jamón serrano que opcionalmente se pueden pasar previamente un minuto por la sartén.
Aderezamos con un hilillo de aceite de oliva virgen que podría ser aromatizado, por ejemplo un aceite de oliva virgen a la albahaca. Servimos y a disfrutar.
Lo que se conoce como hummus es una pasta de garbanzos muy generalizada en la cocina de Oriente Medio que suele llevar como aderezo más frecuente la pasta de tahini, zumo de limón, ajo y aceite de oliva. Su nombre original es ḥummuṣ bi ṭaḥīna, pero internacionalmente se ha extendido su nombre como hummus, que en árabe quiere decir ‘garbanzos’. La salsa tahini qué se emplea cuando preparamos hummus es una especie de crema elaborada con semillas de sésamo molido.
Podéis ajustar las cantidades de las especias, el tahini, de ajo o de zumo de limón adaptándolas a vuestro gusto. El resultado es una especie de crema de garbanzos de lo más sabrosa que es ideal para dipear.
Ingredientes
1 bote de garbanzos cocidos 400 g
1 diente de ajo
2 cucharadas de tahini
1 cucharadita rasa de comino molino
El zumo de 1 limón
1 cucharada de pimentón dulce
½ cucharadita de sal
100 ml de agua
Un hilillo de aceite de oliva virgen extra
Exprimimos el limón.
Ponemos los garbanzos de bote en un colador grande bajo en chorro de agua del grifo y los escurrimos bien.
Los ponemos en el vaso de la batidora junto con el ajo, el tahini, el comino, la sal, el zumo de limón y la mitad del agua. Batimos bien mientras vamos echando el resto del agua hasta obtener una mezcla homogénea. Si nos parece que está excesivamente denso, añadimos un par de cucharadas más de agua. Probamos el punto de sal por si fuese preciso añadir una pizca más.
Servimos el hummus en un cuenco y con una cuchara hacemos unos círculos alrededor del cuenco, dejando de este modo pequeños surcos. También es frecuente hacer un hueco en el centro.
Espolvoreamos la cucharada de pimentón y lo aderezamos con un hilillo de aceite de oliva virgen. Si lo deseamos podemos añadir una pizca más de comino preferiblemente recién molido.
Podemos acompañar el hummus con un pan de pita recién tostado, untado sobre unas tostas o bien con unas crudités (bastoncitos de verduras frescas). Servimos y a disfrutar.
** El hummus casero puede conservarse unos 2 días en el frigorífico.
Una opción perfecta si necesitamos dejar preparada la cena con antelación porque la podemos dejar incluso horneada ya que fría también está deliciosa. También podríamos dejar cocinada la carne picada y comenzar a rellenar y hornear la empanada aproximadamente una hora antes de comerla.
Son un aperitivo muy sabroso que nos aporta proteínas y fibra y tiene menos grasas que otros snacks. Además podemos adaptar las especias a nuestro gusto o en función de las que tengamos siempre que sean en polvo.
También los podemos utilizar en ensaladas y cremas de verduras. Se conservan bien unos 3 días si los guardamos en un bote hermético o una bolsa con cierre zip y los dejamos en el frigorífico, aunque si los comemos los dos primeros días los podemos dejar a temperatura ambiente en un frasco abierto y de este modo estarán más crujientes, sobre todo el primer día.
Ingredientes
1 bote de 400 g de garbanzos cocidos
1 cucharada de pimentón dulce
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de cebolla en polvo
1 cucharadita de curry en polvo
½ cucharadita de cúrcuma
½ cucharadita de comino molido
½ cucharadita de pimienta molida
½ cucharadita de sal
1 cucharada de zumo de limón
1 cucharada de aceite de oliva virgen
Elaboración
Precalentamos el horno a 200 ºC.
Ponemos los garbanzos de bote en un colador y los lavamos con agua bajo el grifo. Los escurrimos y los secamos con cuidado con papel de cocina hasta que estén secos completamente. El paso del secado es importante ya que hace que los garbanzos queden más crujientes.
En un cuenco amplio ponemos el zumo de limón, el aceite de oliva virgen y todas las especias. Mezclamos bien hasta que quede una mezcla uniforme. Incorporamos los garbanzos y los cubrimos bien con la mezcla ayudándonos con una cuchara.
En una bandeja de horno ponemos papel vegetal y colocamos los garbanzos extendiéndolos.
Horneamos unos 45 ó 50 minutos, en función de cada horno y aproximadamente cada 15 minutos los movemos un poco con una espátula para que se hagan y se sequen mejor por todos los lados y los últimos minutos estamos un poco más pendientes para controlar que no se nos quemen. Cuando ya estén crujientes, abrimos el horno y dejamos dentro los garbanzos unos minutos más mientras el horno va perdiendo calor. Sacamos la bandeja del horno y los dejamos que se terminen de enfriar.
Cuando estén completamente fríos … a disfrutar.
Delicioso pollo frito especiado que queda jugoso por dentro y crujiente por fuera. El toque de picante ya va en función de los gustos de cada uno, si nos gusta más picante podemos utilizar más pimentón picante en lugar de dulce y si lo preferimos menos picante se puede reducir la cantidad de pimienta y de pimentón picante.
Está extendida la idea de que la receta original del pollo Kentucky lleva unas 11 especias, yo en esta receta he indicado algunas de las que se emplean con más frecuencia, pero si en el momento de prepararlo no disponéis de todas las especias, no hay ningún problema, se puede elaborar ajustando las que tenemos modificando las cantidades para adecuarlas al gusto de cada uno.
El huevo no es imprescindible pero ayuda a que la mezcla en que vamos a macerar el pollo se adhiera mejor.
En algunas recetas dejan reposar el pollo en un suero de leche y luego lo rebozan con la mezcla de harina y especias antes de freírlo. Pero en casa lo hacemos como indicamos en la receta y nos parece que queda de lujo.
Si hemos dejado el pollo preparado un poco antes de comenzar a comer ó bien hemos preparado bastante cantidad, las primeras tandas de pollo se habrán enfriado. Para servirlo caliente sin que pierda el crujiente exterior, podemos dejarlo en una rejilla de horno sobre una bandeja y lo calentaríamos a 80ºC durante unos 20 minutos ó 10 minutos a 180 ºC.
Ingredientes
1 kilo g de pechuga de pollo (ó muslos de pollo)
400 g de harina normal (ó de garbanzos ó especial tempura)
100 g de maicena
2 cucharada de pimentón dulce
1 cucharadita de pimentón picante
1 cucharadita de tomillo
1 cucharadita de albahaca
1 cucharadita de orégano
1 cucharadita de jengibre
2 cucharaditas de pimienta blanca
1 cucharadita de pimienta negra
1 cucharadita de mostaza en polvo
1 cucharada de ajo en polvo
1 cucharada de sal de apio
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de curry (opcional)
1 huevo (opcional)
1 vaso de agua fría (200 ml)
Aceite de oliva suave (para la fritura)
Elaboración
En un cuenco amplio ponemos la harina, maicena, la sal y todas las especias, mezclamos. Separamos unos 200 g de esta mezcla y la reservamos para el rebozado final. Añadimos el huevo y el agua y volvemos mezclar hasta obtener una masa uniforme y espesa. Si nos parece que el espesor es excesivo podemos añadir 50 ml más de agua y volvemos a mezclar.
Cortamos las pechugas de pollo en trozos al gusto, en nuestro caso los troceamos en pequeños trozos de bocado, como se ven en la foto, pero también es frecuente cortarlos en tiras.
Introducimos los trozos de pollo en la marinada que acabamos de hacer, asegurándonos que queden bien sumergidos. Tapamos el cuenco con su propia tapa o con film transparente y los dejamos en la nevera mínimo una hora, aunque si tenemos tiempo es preferible dejarlo unas 3 horas marinando.
Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva suave y mientras se calienta vamos sacando los trozos de pollo de la marinada y los pasamos por harina.
Magret de pato con puré de patata acompañado de peras y dados de mango agridulces
Estos panecillos son especialmente típicos en Brasil donde se les conoce como Pão de Queijo Mineiro. Allí se elaboran con el polvilho doce que es el almidón de tapioca, pero si no lo encontramos podemos sustituirlo por harina de maíz.
Me encanta la combinación de sabores de esta tosta. Es perfecta para tomarla en cualquier momento, como en el desayuno, a la hora del aperitivo, de la merienda o para acompañar una cena ligera. Además se prepara en un momento.